Después del descanso navideño continuo con la serie sobre tipografía. Ahora vamos con esos consejos para afinar mejor a la hora de escoger una tipografia para nuestro texto. Para ello es útil conocer algunos aspectos básicos sobre los tipos de letra.
Una de las características más interesantes es la serifa o serif.
La serifa es ese pequeño remate que llevan las letras cuando comienza o termina su trazado (en la imagen de la entrada, las letras de la izquierda tienen serifa y las de la derecha no). Un ejemplo típico de tipografia con serifa sería Times New Roman, mientras que ejemplos típicos de tipografía sin serifa serían Arial o Helvética.
Está comúnmente aceptado que la letra con serifa ayuda a la lectura de textos largos debido a una mayor encadenación entre las letras de cada palabra. No ocurre así en los textos que aparecen en pantallas, ya que al basarse en píxeles hacen que la mayor complejidad de las letras con serifa disminuya su legibilidad. Resumiendo: si tienes un texto largo utiliza una letra con serif si se debe leer en papel y una tipografía sans-serif si va a ser leido en pantalla.
Por otro lado, por norma general la sans-serif (tambien llamada de «palo seco») transmite una mayor sensación de modernidad y elegancia, mientras que las letras con serifa pueden dar más sensación de familiaridad.
Otro factor importante a tener en cuenta es el peso, o para que nos entendamos, el grosor del trazado. Hay muchas tipografias que tienen una versión ligera y otra más pesada (cuando en el editor marcamos un texto como negrita, lo que hace es cambiar a la versión más gruesa), aunque no todas. Si se trata de un texto largo, deberemos elegir una tipografía de grosor intermedio, ya que tanto si usamos una demasiado fina como si usamos una demasiado gruesa, cansará a la vista. La tipografia más pesada puede ser usada con efectividad en titulares o resaltados, para ayudar a establecer jerarquia (otro día hablaremos de esto).
Por último comentar que por lo general conviene huir de las tipografías muy recargadas, extrañas o con demasiadas florituras, tienden a dar un tono ridículo. Hay ocasiones en que una de estos tipos de letra «especiales» vaya como un guante, pero piénsalo muy bien antes de utilizarlos.
Espero que os haya sido de utilidad. Si bien es solo un esbozo muy superficial de las cosas que hay que tener en cuenta a la hora de escoger un tipo de letra u otro, espero que es un buen principio para los no iniciados.
3 Comments
Pues me parece muy interesante tu artículo. Yo que uso constantemente las dos tipografías y no sabía que sirvieran para distintas lecturas. ¡Muy acertado!
Me alegro de que a alguien le aporte algo nuevo 🙂